¿Es difícil crear contenidos?

El marketing ya no es opcional

Estamos en una época donde el marketing digital dejó de ser un lujo para convertirse en una necesidad. Vivimos en una generación crónicamente en línea, donde emprendedores y empresarios ya no se preguntan “¿quiero hacer contenido?”, sino “¿cómo rayos lo hago bien?”. Y ahí entramos quienes estudiamos marketing: esos que tenemos que pelear con algoritmos como si fueran jefes finales de un videojuego. No existe una fórmula matemática que garantice éxito, pero sí un conjunto de factores, intuición y estrategia que nos permite dar en el blanco como arqueros en plena competencia.

En Tándem, nuestra agencia que pedalea con entusiasmo por el mercado, sabemos que crear contenido no es improvisar. Lo visual y lo audiovisual requieren planeación, porque el marketing se parece más al ajedrez que a la ruleta: hay que anticipar los movimientos de esos dedos veloces y salvajes que deslizan sin piedad hacia arriba

UN RETO LLAMADO SOMA

Uno de nuestros mayores aprendizajes llegó trabajando con Soma, una marca de ropa para niños y adolescentes deportistas que practican disciplinas como ciclismo y patinaje. Aquí el reto fue mayor, porque no se trataba de vender un refresco masivo, sino prendas muy específicas para un público puntual: madres y padres animadores, esos héroes que madrugan los domingos, cargan bicicletas, preparan refrigerios y aún tienen ánimo de aplaudir en la pista.

La experiencia fue divertida y desafiante. Imagina trabajar con una adolescente que nos decía: “no quiero que esto lo vean mis amigas” o “yo no hablo en cámara”. Entre inseguridades y miedos al ridículo, descubrimos también su magia: la manera innata en que modelaba con orgullo las prendas hechas por su madre. Fue un recordatorio de que el marketing no se trata solo de vender, sino de contar historias auténticas.

Orden, estrategia y un poco de locura

Recuerdo a mi compañera cruzando la ciudad entera para llegar a un rodamiento de pista y capturar las tomas perfectas. ¿Locura? Tal vez. Pero lo más importante fue la lección aprendida: sin orden no hay vida, y sin planeación se pierde el tiempo. Porque aunque algunos se hacen virales por pura suerte, los mercadólogos sabemos que este juego no es azar: es estrategia militar.

Crear contenido es disciplina disfrazada de creatividad. Nos llaman “los locos del celular”, los que siempre dicen “espera, que esto lo grabo”, pero detrás hay un trabajo constante. Cada día aprendemos, ajustamos y mejoramos. Y en esa aventura en bicicleta que es el marketing, entendemos que no hay meta fija: siempre hay un nuevo pedaleo que dar, una nueva historia que contar.

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